Neuromarketing o cómo comprender la mente del consumidor/cliente

[vc_row row_type=»row» text_align=»left» css_animation=»»][vc_column][vc_column_text]

Vivimos en una época en la que los sentimientos que nos produce el producto valen más que las razones que nos dan para que lo compremos. Comunicar desde la neurociencia es hacer sentir: es el nuevo Marketing.

El conocimiento sobre el cerebro y su funcionamiento ha propiciado un cambio sustancial en la forma de dirigirse a los consumidores. El neuromarketing es capaz de identificar aquellas cosas que nos emocionan de forma inconsciente. A largo plazo, beneficia tanto a las marcas, que pueden hacer ofertas más acordes a los consumidores; como a estos, ya que los productos se ajustarán más a sus preferencias. Así mismo, un producto no es sólo un objeto sino una idea que el consumidor se hace de él.

Por tanto, ¿cómo podemos definir el neuromarketing? Pues bien, el neuromarketing se basa en la aplicación de técnicas pertenecientes a las neurociencia al ámbito de la mercadotecnia, analizando cuáles son los niveles de emoción, atención y memoria que poseen los diferentes estímulos percibidos de forma consciente o subconsciente con la intención de mejorar la gestión de recursos en la empresas sin incrementar los gastos innecesariamente y aumentar los productos que existen en el mercado. Así se mejora el bienestar social y se comprende el proceso de toma de decisión del consumidor.

Es un tipo de investigación de mercado pero centrada totalmente en la mente del consumidor.

Una forma de detectar si a un cliente le interesa o no nuestro producto es fijándonos en lo que los expertos llaman “eye tracking” o pupila dilatada. Si a un consumidor le interesa lo que vendemos, o no, se le notará en su mirada y también en su comportamiento.

Estímulos que podemos usar para que el cliente se sienta atraído por nuestro producto son el olor y el precio.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent» up=»15″ down=»15″][vc_column_text]

“Si es caro y huele bien, hay más posibilidades de que compremos lo que tenemos delante”.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent» up=»15″ down=»15″][vc_column_text]

En cuanto al olor, si un producto tiene un olor característico y agradable le será más atractivo al cliente mientras que si el olor que transmite es no es agradable, éste no querrá comprarlo y se irá, probablemente, al de la competencia.

Un precio elevado lo asociamos inconscientemente con más calidad cuando no siempre es así, pero lo creemos. Igual pasa con las marcas, cuanto más caras más calidad se les asocia, aunque no siempre sea así (pero este es otro tema).

Todo esto se fundamenta en un estudio en el que se comprobó cómo el precio del vino –y no su sabor– hacía aumentar la actividad de las zonas del cerebro relacionadas con el placer. El mismo vino, más caro, está más rico.

En definitiva, los vendedores del producto saben bien cómo captar nuestra atención y cuándo estamos realmente interesados.

[/vc_column_text][vc_separator type=»transparent» up=»15″ down=»15″][vc_row_inner row_type=»row» text_align=»left» css_animation=»» css=».vc_custom_1461225790578{padding-top: 20px !important;padding-right: 20px !important;padding-bottom: 20px !important;padding-left: 20px !important;background-color: #dbdbdb !important;}»][vc_column_inner][vc_column_text]

Antes vender era solo una técnica, hoy también es una ciencia.

Jürgen Klaric

[/vc_column_text][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row row_type=»row» text_align=»left» css_animation=»»][vc_column][vc_separator type=»transparent» up=»15″ down=»15″][/vc_column][/vc_row]



Suscríbete a nuestro blog

Recibe por mail el último grito en marketing digital


    Responsable de los datos: Mullbrand C.B.
    Finalidad de los datos: Envío de comunicaciones comerciales.
    Almacenamiento: Base de datos en Grupo Loading Systems S.L.
    Limita, recupera o borra tu información.